La mayoría de las personas, me incluyo, hemos postergado acciones por no sentirnos 100% seguros para empezar.
Suena muy responsable decir: "Yo no quiero iniciar algo, mucho menos algo importante, hasta que me sienta 100% listo para hacerlo" ó "Si voy a hacer algo, quiero hacerlo bien, si no mejor ni lo intento", ¿Verdad que si? Una persona con esa mentalidad suele ser hasta admirable, sin embargo, ¿Es realmente responsable pensar de esa manera?
Debemos tener muy en claro que las circunstancias ideales rara vez se dan, por lo cual podríamos estar postergando demasiado en vano. Y lo otro que debemos tener más en cuenta aún es que la realidad es muy diferente a la teoría, y por más conocimientos que tengas, al enfrentar la realidad la mayoría de las dificultades con que te encontrarás las aprenderás con la práctica.
¿Estudiaste alguna carrera, o conoces a alguien que haya estudiado? Pregúntale si lo que hace en estos momentos en su trabajo es lo mismo que aprendió en la escuela, o por lo menos cuál es el porcentaje que aplica en su trabajo de lo que aprendió en la escuela, ¡Te sorprenderás de la respuesta!
Entonces, ¿Cuál es el mejor momento para empezar algo? El mejor momento es comenzar YA. ¿Te vas a equivocar? Claro que te equivocarás, incluso teniendo maestrías te equivocarías, pero mientras más rápido "te avientes", más rápido te convertirás en un verdadero experto.
Todo lleva el mismo proceso que aprender a andar en bicicleta, pueden explicarte por semanas cómo es que lo tienes que hacer, pero al subirte a la bicicleta no podrás con la pura teoría. En cambio si decides subirte, te caes; te levantas inmediatamente, te vuelves a caer pero ya avanzaste un poco; puede darse el caso de que dentro de unas horas ya puedas andar.
Así que no postergues, si quieres estar lo más listo posible, ¡Aviéntate de una vez y levántate lo más rápido posible de las caídas!
Antes de hacer las cosas bien, hay que experimentar aunque hagamos las cosas mal, ¡Y éso está bien!
El éxito es el resultado de las buenas decisiones, las buenas decisiones son resultado de la experiencia, y la experiencia es el resultado de las malas decisiones. Así de simple.
Antes de hacer las cosas bien, hay que experimentar aunque hagamos las cosas mal, ¡Y éso está bien!
El éxito es el resultado de las buenas decisiones, las buenas decisiones son resultado de la experiencia, y la experiencia es el resultado de las malas decisiones. Así de simple.
Cierro la nota con una pregunta: La razón por la que no has comenzado éso que tanto quieres, ¿Es verdaderamente una razón, o es una excusa?
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