jueves, 28 de noviembre de 2013

¿Por Qué Nos Rajamos? | El Elefante Se Come Bocado a Bocado

Ya estamos cerca del año nuevo, y se presta a que todo mundo se pone propósitos para entrar al gimnasio, iniciar un negocio, dejar de fumar/tomar, ponerse a dieta, empezar a leer, etc. Pero te hago una pregunta, ¿Qué sucede con la mayoría de las personas? Antes del primer mes, sus propósitos se quedaron en buenas intenciones, y nada más.

Estoy seguro que conoces gente que le ha pasado éso, y que muy probablemente a ti te haya pasado algo así, no necesariamente con los propósitos de año nuevo, sino con cualquier tipo de propósitos.

Pondré el ejemplo de las dietas, pero aplica para todo. Entre mis conocidas (y digo conocidas porque las mujeres se cuidan mucho más que nosotros), muchas han pensado en iniciar dietas, y empiezan un lunes (por alguna extraña razón todo lo quieren iniciar en lunes) comiendo sanamente y luchando contra sí mismas para no comer nada entre horas y, ¿Qué crees que sucede después de 1 semana? Otra vez, se quedan con las buenas intenciones, rompiendo esa dieta.

¿Cuál es la razón de que en la mayoría de los casos suceda lo mismo? Porque nos comprometemos a GRANDES CAMBIOS de un día para otro. Y si ya de plano el cambio duele, ¡Imagínate un cambio grande y de un día para otro!

¿Y cuál es la solución? Hacer poco, incluso muy poco, de lo que sabes que tienes que hacer. Que sean tan poco que no te ocasione estrés ni dolor, que lo puedas hacer sin problema, ¡Y hazlo diariamente!

La clave son dos conceptos: "Muy poco" y "Todos los días", si lo haces consistentemente, los pequeños avances van a alimentar tu entusiasmo y pronto empezarás a sentir que puedes hacer "un poquito más" sin sentir estrés ni dolor, y entrarás en una espiral ascendente que te permitirá elevar la intensidad de trabajo/sacrificio y, obviamente, los resultados.

Los cambios que no se notan, son los que más sorprenden. Como un niño que, si lo ves todos los días, no te percatas del crecimiento, y cuando menos lo imaginas ya está más alto que sus propios padres.

Así que si en algún momento te encuentras diciéndote a ti mism@: "Yo no sirvo para ésto" o "Yo no puedo hacer/dejar ésto", recuerda que el elefante se come bocado a bocado, y los pequeños y hasta ridículos avances, ¡Todos sirven!

Aunque parece que nada pasa, ¡SI PASA! Y te vas a sorprender cuando te des cuenta de lo que has crecido, como cuando el niño se da cuenta de que ya es más alto que sus papás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario